En la construcción del nuevo Mercado de Triana se configuró un subterráneo para albergar los restos arqueológicos del Castillo de San Jorge, sede de la Inquisición, aparecidos tras la demolición del antiguo mercado. Se adjudicaron a la empresa JPD las labores de consolidación arqueológica, y adecuación, climatización y musealización de estos espacios, que actualmente están abiertos al público.